Seguro que has oído hablar de realidad virtual en algún momento. Es posible que sepas qué es y ejemplos de caso de uso. ¿Pero conoces el verdadero potencial que tiene esta tecnología en la educación? ¡Vamos a descubrirlo!
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La realidad virtual (RV) es una tecnología que crea entornos simulados en los que los usuarios se pueden sumergir completamente mediante dispositivos especializados, como cascos de visión o gafas de realidad virtual. Se trata de un tipo de aprendizaje inmersivo en el que los entornos que se crean pueden ser totalmente ficticios o simulaciones de lugares reales, diseñados para engañar los sentidos del usuario, principalmente la vista y el oído, creando la ilusión de estar físicamente presente en ese espacio digital. La realidad virtual permite interacciones e inmersiones en experiencias que son imposibles en el mundo físico, lo que la hace valiosa tanto para el entretenimiento como para aplicaciones prácticas como la educación y la formación profesional.
Como ya hemos comentado, un casco o gafas de realidad virtual son imprescindibles para utilizar esta tecnología, pero no es lo único. Aparte de estos visores, existen otros complementos que hacen del viaje aún más inmersivo. Se trata de mandos, muñequeras, tobilleras y otros dispositivos que permiten al usuario interactuar de una manera activa en la experiencia, y no solo como observante. Además de estos dispositivos físicos (hardware), es necesario crear el entorno virtual, y eso se realiza mediante un programa informático (software).
Contando ya con el material adecuado, el docente deberá guiar al alumnado durante todo el proceso, dándoles contexto antes de comenzar, apoyo durante la experiencia inmersiva y comprobando que los conocimientos adquiridos hayan sido asentados por los alumnos. Veamos el proceso:
Como ya comentamos en el post de Aprendizaje Inmersivo, la realidad virtual tiene diferentes casos de uso en el aula. Imaginemos un proceso educativo en una clase de biología donde el tema a explorar es el ecosistema de la selva tropical. El proceso se desarrollaría en tres fases, como ya hemos mencionado (aunque cada docente lo puede adaptar a su metodología y preferencias):
- Contextualización del tema: El maestro comienza la clase proporcionando un contexto sobre los ecosistemas de la selva tropical. Explica la importancia de estas zonas para la biodiversidad global, los tipos de flora y fauna que se pueden encontrar, y los desafíos que enfrentan, como la deforestación y el cambio climático. Durante esta fase, el maestro utiliza diapositivas, vídeos y discusiones grupales para asegurar que los estudiantes comprendan la teoría básica y la relevancia del tema.
- Experiencia de realidad virtual: A continuación, los estudiantes utilizan dispositivos de realidad virtual para «visitar» una selva tropical virtual. La experiencia de RV está diseñada para ser una inmersión completa, donde los alumnos pueden «caminar» por un sendero de la selva, observar diferentes especies de árboles, escuchar los sonidos de los animales y ver de cerca las interacciones entre las diversas especies. Esta experiencia no solo refuerza lo que aprendieron en la fase de contextualización, sino que también les permite observar directamente las dinámicas del ecosistema, como la depredación, la polinización y la competencia por los recursos.
- Seguimiento y discusión: Después de la experiencia de RV, el maestro guía una sesión de seguimiento donde los estudiantes discuten lo que observaron. Se les anima a reflexionar sobre cómo los elementos teóricos que aprendieron se manifiestan en el ecosistema simulado. Esta discusión puede incluir preguntas dirigidas por el maestro que fomenten la crítica y el análisis, como «¿qué interacciones entre especies encontraron más interesantes y por qué?» o «¿cómo creen que la deforestación podría afectar a este ecosistema?».
No existe mucha controversia en la teoría de que los humanos aprendemos mejor haciendo, probando y experimentando que simplemente escuchando conceptos en una conversación unidireccional. Como cualquier tecnología que aún está en desarrollo, la realidad virtual resulta cara de implementar y requiere de formación por parte del docente y del alumnado.
Sin embargo, cada vez son más los centros que apuestan por ésta y otras tecnologías y uno de los mayores beneficios que suelen tener en común es la posibilidad de que cada alumno sea el centro de su propio aprendizaje y avance a su ritmo, sin esperar o retrasar a sus compañeros y dedicando el tiempo que necesita para asimilar conceptos.
Solo el futuro sabe cómo evolucionará el uso de la realidad virtual en la educación, y cómo se integrará junto con otras tecnologías como la realidad aumentada o la realidad mixta. ¡Coméntanos cómo crees que serán las clases dentro de 10 años!
Mr.Misterio
Inspirador artículo. Dentro de 10 años, si somos capaces de vencer la barrera del acceso económico, estoy convencido de que la RV será para la educación / formación lo que fue ayer la pizarra. La verdad es que es apasionante el mundo que nos queda por vivir… si no la cagamos con el mercado, amigo.