La educación que nos rodea
La escuela moderna NO es tan moderna
¿Por qué en tiempos de disrupción, innovación y progreso, sectores como la educación siguen funcionando exactamente igual que hace 200 años?


Por mucho que se utilice en la actualidad, no quiere decir que la educación actual sea moderna. ¡Te contamos por qué!
El triunfo de la educación pública... ¿Es esto lo que realmente queremos?
En el post anterior asistimos al triunfo de la educación pública: muchas escuelas y muchos alumnos. En la actualidad, la educación se considera un derecho fundamental en la mayoría de las sociedades. La escuela se ha convertido en una institución socializadora y estructurada que se ha expandido para abarcar diferentes niveles, desde la educación preescolar hasta la educación superior. Ha pasado de ser un privilegio de unos pocos a convertirse en un derecho universalmente reconocido, con el objetivo de proporcionar a las personas las herramientas necesarias para su desarrollo personal, social y profesional.
Sin embargo, si hoy en día preguntamos a cualquier persona promedio cuál es el estado de la educación, probablemente nos responda que es calamitoso y que está en decadencia. ¿Qué ha pasado con nuestro final feliz?
El éxito asiático

En las pruebas PISA 2018, de los 10 países (o regiones) que sacaron mejores puntuaciones, 8 pertenecen al este asiático. Rápidamente, se podría concluir que esta región posee las mejores escuelas del mundo, los mejores docentes o los mejores alumnos, cuando no todo eso junto. Sin embargo, para hacer este tipo de afirmaciones tendríamos que hacer varios estudios más, y aún así tendríamos solamente una aproximación o intuición al respecto. Otro detalle que se aprecia, es que países que antes solían despuntar, han mermado moderadamente su rendimiento.
Los resultados PISA y las dinámicas de aprendizaje global
Las pruebas PISA son limitadas, pero si tomáramos estos resultados como una verdad revelada, podríamos reflexionar sobre este crecimiento de oriente vs. occidente.
Sin tener en cuenta los actores escolares, podríamos decir que la escuela como institución o como dispositivo “funciona” mejor en la sociedad oriental. ¿A qué podría deberse esto? Para responder esta pregunta hay que tener en cuenta que la escuela nació hace ya algunos siglos, pero sin embargo se parece bastante a la actual. Evidentemente, fue una institución pensada para que funcione en ese contexto, signado por una sociedad de jerarquías: económicas, culturales y también generacionales donde la palabra del adulto era sagrada. Como hemos visto en los posts anteriores, esto se replicaba dentro del aula: el maestro o el profesor eran los portadores de la “verdad”, cuestionar lo que decían no existía como posibilidad. Así, la escuela estuvo y está conformada por múltiples jerarquías, las más obvias, la del director sobre los profesores y, dentro del aula, la del profesor sobre los alumnos.
Hoy en día la sociedad es otra, mucho más democrática. Si bien siguen existiendo diferencias económicas y sociales, se han dado pasos enormes en otros ámbitos, licuando en cierta forma las jerarquías tradicionales, sobre todo en lo que podríamos llamar el mundo occidental.
Además, la explosión tecnológica de las últimas décadas ha provocado que muchas veces fueran los jóvenes los que mejor comprendieran cómo funcionaban los nuevos aparatos; en contraposición a lo que sucedió con las personas de mayor edad. Esto tiene a su vez un correlato en la adquisición de conocimiento: los alumnos pueden acceder a mayor información que algunos de sus maestros.
Ante este panorama se comprende que en Asia, donde las sociedades son menos democráticas en general, la escuela tenga los resultados que esperaban sus fundadores. La disciplina en el aula, el poco cuestionamiento de los alumnos frente a los saberes del docente, y la presión de padres a hijos para un buen rendimiento siguen surtiendo un efecto importante.
En cambio, países como Estados Unidos o Francia han visto retrasados sus puestos en el ránking, así como los latinoamericanos que ocupan los últimos puestos.
¡Es el momento de actuar!
Aventurando este tipo de análisis, probablemente podrían pensarse muchas cuestiones más acerca de la educación. La escuela tiene que democratizarse y actualizarse para acompañar los cambios en la sociedad. Es momento de dar un debate pedagógico serio y decidir qué cambios es necesario hacer en la escuela y la formación docente para detener la sensación (bastante real) de que las cosas no funcionan bien.
Nosotros creemos que buena parte de la respuesta viene acompañada con el uso de las plataformas de aprendizaje. Con el uso de LMS o sistemas planos, no estamos innovando: estamos repitiendo y reforzando los dispositivos de la escuela. Por eso lo ideal es hacer experiencias inmersivas, donde los alumnos puedan ir haciendo su propia experiencia y a la vez aprendiendo, donde los docentes sientan que la plataforma es amigable y útil, que les permita hacer un seguimiento personalizado de cada alumno. El momento es ahora, no podemos seguir sufriendo el desgaste de la escuela: la educación es lo más importante; si queremos seguir avanzando como sociedad, tenemos que tener jóvenes con ganas de utilizarla para aprender, en lugar de jóvenes que duerman y odien la escuela. Al fin y al cabo, el futuro es el que está en juego.
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Escrito en València con ❤
No estoy seguro de que una sociedad fuertemente jerarquizada favorezca la educación y, desde luego, no si esa jerarquización es en base a edad o roles sociales.
Creo que el respeto padres - hijos o profesores - alumnos se debe basar en la capacidad de aportar los conocimientos y habilidades que pueden hacer que un individuo se desarrolle plenamente en la sociedad.
En este sentido, toda herramienta que facilite ese flujo de conocimiento haciéndolo más eficiente, individualizado y continuado es bienvenida y fundamental, no sé si para escalar puestos en PISA, sino para conseguir una mejor adaptación de la persona a la sociedad.